Nivel de sonoridad

Para que el oído humano perciba un sonido, la onda sonora debe tener una frecuencia comprendida entre unos limites determinados (de  20 a 20.000 Hz), fuera de los cuales no somos capaces de percibir el sonido por muy grande que sea su intensidad, además  si la frecuencia esta dentro de ese margen, la intensidad sonora debe ser superior a un valor mínimo, para cada frecuencia, para que podamos escuchar el sonido. El oído humano se comporta como varios receptores simultáneos, cada uno ajustado a frecuencia distinta.

Frecuencias	Margen Herzios (Hz)
	en edificación	en general
bajas o graves	50 – 200	20 – 360
medias	250 –1.250	360 – 1.400
altas o agudas	1.250 –5.000	1.400 – 20.000

La frecuencia a la que el oído es más sensible es aproximadamente 3.000 Hz.

Las frecuencias en edificación están entre unos límites más reducidos.

Los aparatos para medir los sonidos, los sonómetros, deben adaptarse en función de frecuencias similares a las que percibe el oído humano, para ello tienen unos filtros de ponderación de frecuencias y velocidades.  Estos aparatos suelen tener de 3 a 5 escalas de ponderación de frecuencias o “filtros”: A, B, C D y U. La escala A (sonidos débiles) se utiliza habitualmente para todos los ruidos, excepto los ruidos de aviones, que requieren la escala D (sonidos muy intensos). De aquí surge el dB(A) para expresar la presión acústica cuando se ha utilizado la escala de ponderación A

La ponderación A, por ejemplo en  Lp,A (nivel de presión de sonido ponderado) se emplea a fin de combinar los niveles de presión de sonido de varias frecuencias en un solo valor, y poder así representar la frecuencia de respuesta del oído humano (fenómeno subjetivo) de una forma medible mediante un dato objetivo que caracterice ese sonido.

En este ejemplo, la ponderación A toma en consideración el hecho de que con un mismo nivel de presión de sonido, no percibimos todas las frecuencias con la misma intensidad, asumiendo que las frecuencias bajas son menos significativas, que las medias o altas.